martes, 29 de marzo de 2011

Mi paz, la paz del mundo

Mi paz, la paz del mundo.



                Hoy en día el mundo no es nada diferente, en el lugar en el que vivimos es el mismo que ha sido siempre como ayer hoy hubo guerras, la bomba atómica no es un invento reciente, ¿Dónde nace la paz, el amor, la verdad, la libertad y la justicia? ¿Dónde comienzan las guerras? Creemos que paz en sencillamente un momento entre el fin de una guerra y el comienzo de otra, esperemos siempre que el enfrentamiento estalle porque siempre buscamos a alguien para señalar como el culpable de quitarnos la paz que no encontramos.

                Crecemos con el ideal que se les siembra a muchos, que tenemos que luchar por la nación en la que nacimos, que tenemos que luchar para proteger al ser querido y defendernos a toda costa de aquel maligno que siempre llega con la intención de hacernos daño, yo pienso que la única lucha que tenemos es la que hay encontrar de nosotros mismos, nosotros que somos nuestros propios enemigos.

                Nos ocultamos en una trinchera de todo aquello que nos perturba y nos corrompe y queremos ver en nuestro enemigo el gran culpable, cuando no nos damos cuenta que ese enemigo somos nosotros mismos, es en el corazón donde comienzan las guerras, no es culpa del presidente de un país el que haya delincuencia, porque hasta el más humilde de los pobres antes de robar se le dan las opciones de elegir dos caminos, uno donde el dinero es sencillo pero peligroso u otro donde se trabaja de manera muy dura pero muy noble, no es culpa de una mujer que un hombre casado sea infiel, es el mismo que decide sucumbir ante sus propios deseos en vez de respetar a la esposa de la que tanto le gusta presumir.

                No culpo a nadie más que a mí mismo de los errores que cometí, no culpo a Hitler de la segunda guerra mundial, en cambio miro a un poco más a todo el ejercito de hombres que decidieron seguir su ideal y olvidaron que la única orden que vale la pena seguir es la queda ese ser divino que no solo nos pide amar mientras estemos aquí, un comandante sin un ejército para combatir no es más que un hombre con deseos de destruir la maldad que hay en sí, atrévete a examinarte a ti mismo, ser de conciencia hueca y corazón vacio, si nos analizamos a nosotros mismos nos daremos cuenta de la multitud de errores que cometimos y nuestros múltiples delitos para cual siempre buscamos la excusa perfecta, muchos corrompen a dañan a otros porque no encontraron su propia paz ya que al ver dentro de sí mismos se dieron cuenta de a quien tenían que enfrentar, a sus miedos, y en ocasiones tenemos tanto miedo de nosotros mismos que escapamos sin darnos cuenta del daño que le hacemos a alguien más.

                Mi paz es la paz del mundo, nuestra paz es la paz del mundo, cuando te atreves a verte a los ojos mirándote frente al espejo y decirte a ti mismo mi conciencia está tranquila al igual que mi corazón, te sentirás bien contigo mismo por que habrás encontrado lo que más desea el ser humano la paz interior, existen muchos caminos, existen muchas teorías y maneras, pero todas terminan en el mismo destino en ti mismo, porque no es por políticas o guerras que cambia este mundo, el cambio empieza en nosotros, no puedo amar a otros si primero no me amo a mi, no puedo confiar en otros si primero no estoy seguro de mi mismo, no se apreciar bien a otros cuando no entiendo cómo me aprecio a mí mismo, jamás podre encontrar la paz en el mundo si primero no tengo paz en mi.

                Es una cuestión de cambio, todo aquel que en algún momento de su vida decidió cambiar para ser una mejor persona, porque considero que podía ser mejor, que las personas que lo rodeaban merecen algo mejor y que por tanto será mejor, tiene que comenzar primero y antes que nada teniendo una conciencia limpia y tranquila, hasta que no halles la paz en ti no hallaras nunca la paz del mundo.

                Si alguna vez has pensado que todo te va mal, te hallas desesperado, angustiado, desamparado y derribado, analízate, porque esto es señal de que tu paz la has olvidado.

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