martes, 18 de diciembre de 2012

Viendo al cielo recordé...


Nuestras fechas.

                Se bien, todas esas veces que al escribir de amor, hable siempre con una opinión tan optimista, este andante corazón ya vivió las espinas de la rosa, fui coronado con ellas, son tantos ahora mis pesares y mis sentidos están tan colmados de las tristezas producto de la vida que me dan y de la que me han arrebatado.
                Yo he de vivir, he de prevalecer, la vida continua y el tiempo no se detiene para ningún ser, se bien que aun no volviendo a ver más nunca mi cielo, recordare siempre como se sentía la brisa, adorara mi memoria la imagen de mirar arriba y ver mi cielo moviéndose sobre mí, lo vi llover y lo vi amanecer, lo vi danzar y vi todas las emociones y el misterio en la paz de sus nubes y en mi cielo fue, mi paraíso recreado, me dio vida y me dio amor.



                Oh cielo, andan mis nostalgias revisando nuestras fechas, andan mis lagrimas inquietas buscando las maneras de salir y desahogar un poco del océano que quedo dentro de mí al tener que cerrar mis ojos, el negarme a no verte mas, se pues bien, la tierra tiembla esta noche y que se sienta mas allá de los limites de mi alma, que el dolor y la tristeza me embargan y con un suspiro mi esperanza baja las armas, yo que siempre mantengo mi guardia alta y estoy listo para el primer paso, hoy me hago más mortal que nunca y me doy la oportunidad de aceptar, que extraño mirar al cielo y sentir que puedo volar.

                Acompañante de mis letras, si pudiera ver las ventanas de tu ser, te diría hoy, mira el cielo no desprendas tus ojos de él, que aquello que te da alas, esa brisa y su risa y esas tantas cosas más que al recordar te hacen cerrar los ojos y sonreír de felicidad, que no se pierda en un parpadeo, si yo hubiese podido aprovechar incluso las fracciones de segundo tras ese telón habría hecho tanto más, vi nuestras fechas y recordé, que no hubieron suficientes momentos, vi nuestras fechas y recordé que ya no habrán nuevos, vi nuestras fechas y recordé que debo advertirte bien, que no desperdicies ni el sueño dejando del cielo ver.

                He de levantarme de nuevo, he de subir mi guardia, pero he de dejar mi lanza clavada al alba y sobre ella mi capa, para volver aquí un día y usando eso como excusa, esperar la lluvia a la luz de la luna y nazca de nuevo el lazo entre el cielo y la tierra, y en nuestros horizontes nos perdamos hasta el amanecer.

Tu luna, no desperdicies la luz de tu sol, tu sol nunca dejes de brillar para tu luna. El amor no es un traste viejo para guardarse dentro, es ese adorno tan bonito que pones en el centro de tu sala para que todos lo vean.

El cielo le enseño a este corazón, que no hay que desperdiciar ni un solo momento, jamás sabremos cuando o si los volveremos a tener. Siempre lo supe, solo que jamás dolió tanto tenerlo en cuenta, hasta hoy.

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