Nuestras fechas.
Se
bien, todas esas veces que al escribir de amor, hable siempre con una opinión
tan optimista, este andante corazón ya vivió las espinas de la rosa, fui
coronado con ellas, son tantos ahora mis pesares y mis sentidos están tan
colmados de las tristezas producto de la vida que me dan y de la que me han
arrebatado.
Yo
he de vivir, he de prevalecer, la vida continua y el tiempo no se detiene para
ningún ser, se bien que aun no volviendo a ver más nunca mi cielo, recordare
siempre como se sentía la brisa, adorara mi memoria la imagen de mirar arriba y
ver mi cielo moviéndose sobre mí, lo vi llover y lo vi amanecer, lo vi danzar y
vi todas las emociones y el misterio en la paz de sus nubes y en mi cielo fue,
mi paraíso recreado, me dio vida y me dio amor.
Oh
cielo, andan mis nostalgias revisando nuestras fechas, andan mis lagrimas
inquietas buscando las maneras de salir y desahogar un poco del océano que
quedo dentro de mí al tener que cerrar mis ojos, el negarme a no verte mas, se
pues bien, la tierra tiembla esta noche y que se sienta mas allá de los limites
de mi alma, que el dolor y la tristeza me embargan y con un suspiro mi
esperanza baja las armas, yo que siempre mantengo mi guardia alta y estoy listo
para el primer paso, hoy me hago más mortal que nunca y me doy la oportunidad
de aceptar, que extraño mirar al cielo y sentir que puedo volar.
Acompañante
de mis letras, si pudiera ver las ventanas de tu ser, te diría hoy, mira el
cielo no desprendas tus ojos de él, que aquello que te da alas, esa brisa y su
risa y esas tantas cosas más que al recordar te hacen cerrar los ojos y sonreír
de felicidad, que no se pierda en un parpadeo, si yo hubiese podido aprovechar
incluso las fracciones de segundo tras ese telón habría hecho tanto más, vi nuestras
fechas y recordé, que no hubieron suficientes momentos, vi nuestras fechas y
recordé que ya no habrán nuevos, vi nuestras fechas y recordé que debo
advertirte bien, que no desperdicies ni el sueño dejando del cielo ver.
He
de levantarme de nuevo, he de subir mi guardia, pero he de dejar mi lanza
clavada al alba y sobre ella mi capa, para volver aquí un día y usando eso como
excusa, esperar la lluvia a la luz de la luna y nazca de nuevo el lazo entre el
cielo y la tierra, y en nuestros horizontes nos perdamos hasta el amanecer.
Tu luna, no
desperdicies la luz de tu sol, tu sol nunca dejes de brillar para tu luna. El
amor no es un traste viejo para guardarse dentro, es ese adorno tan bonito que
pones en el centro de tu sala para que todos lo vean.
El
cielo le enseño a este corazón, que no hay que desperdiciar ni un solo momento,
jamás sabremos cuando o si los volveremos a tener. Siempre lo supe, solo que
jamás dolió tanto tenerlo en cuenta, hasta hoy.
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